Figuras clínicas del Mal
En sus orígenes, el acto de leer no era la ceremonia individual y silenciosa a la que estamos acostumbrados. Aunque más no fuera porque tanto la habilidad para hacerlo como la cantidad de textos disponibles escaseaban, leer significaba leer en voz alta, ante otros. Algo de esa tradición infiltra, a diferencia de los anteriores, al presente número de Docta, pues tiene la impronta de la oralidad para la que fueron concebidos buena parte de los trabajos que publicamos.